viernes, 9 de enero de 2009

Heredé de Memá Esther y tía Flora


la pasión por la música,


especialmente el tango y el folklore argentino .


Mientras Chango Aguilar acompañaba mis guitarreadas en ocasión festiva que se presentase.


Crecí visitando al piano del el salón de música del colegio (ahora llamado Japón) del barrio de la Paternal,cuando los niños de turno tarde ya estaban tomando la leche en sus casa .Era mi golosina preferida... tanto, que como en casa no teníamos instrumento, salvo la guitarra de mamá, me fabriqué un piano virtual dibujado en una hoja Canson.


Allí mis dedos se posaban como si estuviera tocando en aquel salon con olor a la madera de las gradas. Allí también había un tocadiscos y hacía sonar una y otra vez el "vals de los patinadores" para luego sacar de oído todo lo que escuchaba...


Asimismo, aprovechaba también la ocasión de visitar a la prima vendedora del negocio de discos "Abbe" de la calle Florida , donde elegía a Bach. Me encantaba que me dieran una cabina propia con auriculares y todo, para escuchar en stereo todo lo que se me antojaba.


Luego vinieron los años del reconocimiento de mis padres por mi vocación musical de pianista los que me mandaron al conservatorio de música de barrio "Franz List". La cosa venía seria y mi adolescencia ya me encontraba en el "Conservatorio Williams" de la calle Riobamba y Santa Fe . Ya no podía tocar más de oido... me vigilaban a ver si ponía los dedos correspondientes en cada nota.


Pero esa técnica me ayudó a volver a casa y tocar otra vez lo que se me venía en ganas.

"Flora Neira ya fallecida, fundó la orquesta de señoritas "Las Oceania's Babyes" , en el viejo Buenos Aires.
Llegó a vivir de su música hasta que se jubiló. De joven, pasó por la etapa de los amores, con la característica de ser apasionada y turbulenta, pues hacía suspirar a más de uno.
Su vida consistía en trabajar en las mejores confiterías bailables de la ciudad donde por la noche, se movía como pez en el agua. La vida nocturna y el trabajo en sí le daban la oportunidad de lucirse de “soirée” y ostentar las joyas más caras, trofeo de batallas ganadas en el palco de los músicos. No obstante también capaz de ganar batallas de día para defender su salario en sindicatos, tarea difícil para una mujer de ésa época.
Sus compañeras de orquesta la respetaban, por no decir que le temían, pues era implacable a la hora de marcarle a alguna de ellas cuando desafinaba o no cumplía al pie de la letra el ritmo que imponía una guaranya paraguaya o un pasodoble. Su mirada era bastante fuerte , por eso nunca necesitó pintarse los ojos para perforar con la mirada.
Tocaba el violín como la mejor pero de su instrumento nunca salió ninguna composición propia .
Sabía de matemática tanto como de teoría de la música. Cuando me tenía que explicar algo , yo, volandera como toda pisciana, se le hinchaban las venas de la sien. Podía estar pegada a la silla y sin merienda hasta que los problemas de matemática no hubieran acabado.LA Cheli se entretenía en mirar sus manos encremadas, fuertes ,con uñas carnosas y siempre pintadas de rojo. De una pulsera pendía una moneda de oro que al escribir acompasaba las articuladas palabras que pronunciaba , culminando con una frase característica:
_” ¿Mee hagOO entender?”_.
Para lo cual “debías” entender.
Así como era, también me mostraba su generosidad inmensa cuando tuve que trasladarme a Córdoba con mi familia, por enfermedad . Siempre nos enviaba encomiendas con revistas, golosinas y regalos de todo tipo.
Otro rasgo de generosidad que mostraba era dedicarse , casi con asiduidad y puntualidad, a dictar música a los ciegos, para que ellos lo transcribieran al idioma Braille.
A un taurino siempre debes darle un trabajo que hacer, si éste llegara a irle mal en el mismo, puede ser presa de sentimientos de frustración muy intensos
."

(del Libro Manual Practico de Astrología

de" Editorial Clasa")

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